La nueva / 2 de Febrero 9:30 HS / Libre.

[Nublado] [19º Grados]

Suspiré mientras miraba por la ventanilla como todo se alejaba, y llegabamos a Forks. No me ponía mal el echo de mudarnos - en cierto modo pues dejaba todo atrás -. Supongo qué los cambios son para mejorar ¿Verdad?.
Iba en el asiento trasero mientras mis hermanos hacian bromas y se empujaban, estaba verdaderamente cansada asi que traté de dormir unos instantes. En cuanto cerré los ojos sentí un gran salto que nos hizo saltar a todos, en especial a mí.
Me quedé observando todo y al ver que nadie decía nada hablé.
— ¿Ya llegamos?. — Pregunté ansiosa. Siempre los cambios me dejaban demasiado cansada pues toda la ansiedad, nervios y preparativos eran fatales.

Mi madre me observó por unos instantes y luego observó a papá, el le dijo algo murmurando mientras nosotros esperabamos. Mamá volvió a mirarnos sonriente. — Sí, ya llegamos cariño. — Y volvió su vista a el frente.
Me dejé caer en el asiento mientras esperaba a conocer la casa, todo. Tendría que hacer nuevos amigos, todo sería verdaderamente diferente. Quizás mas de lo que creía.
Esperaba que eso fuera bueno.

Hasta que por fín divise lo que sería nuestra casa, Mattew y Derek se quedaron en silencio observando todo, el cielo estaba encapotado y parecía que en cualquier momento comenzaría a llover. Genial.
Papá estacionó el auto mientras tomaba un poco de aire y abría la puerta, bajé seguida de Mattew y Derek y papá y mamá que bajaban detrás de nosotros.
Mi rostro se quedo expentante de cualquier reacción, nada. Todos parecían complacidos con la casa y yo.. ¡Yo lo estaba aún más! era perfecta.

Recogí las maletas mientras caminaba detrás de mi madre, que abría la puerta y entraba. Aún habia que desempaquetar todas las cajas y ordenar todo, yo podría hacerlo pues eso me gustaba basatante, además de que me relajaba y distraía.
Cuando estaba entrando me pareció ver una persona que caminaba por la acera, me giré para observar quien era pues ahora tendría que socializar.. con lo bien que se me daba eso.
Era un chico, caminaba por la acera tranquilamente aparentemente atraído por el barullo que estabamos haciendo allí, rompiendo con toda la tranquilidad de Forks.
Sonreí levemente y volví a recoger las maletas.